¿Somos lo que pensamos o lo que mostramos?

Muchas veces las relaciones (todo tipo de ellas) se vuelven actividades. Tenemos que encontrar gratificación en algo, llenar un vacío y por eso nos relacionamos con personas con las que nos encontramos cómodos y seguros. Entonces la relación se vuelve un hábito, en donde la mente la usa para su propia seguridad, generando contradicción y enfrentamiento.

No podemos vivir sin ser algo, sentirnos útiles e imprescindibles. En vez de utilizar las relaciones para autodescubrirnos, conocernos a nosotros mismos a través de ellas, las mismas sirven de escape, causándonos limitaciones.
¿Por qué siempre elegimos el mismo tipo de personas? Porque la mente suele sentirse segura en ámbitos conocidos. Cuando aparece algo desconocido lo tratamos de descodificar con lo que ya conocemos, y no nos damos cuenta que es un círculo vicio que nos deja siempre en el mismo lugar.

En cambio si a través de los demás logramos ver nuestras actitudes y reacciones, podríamos relacionarnos verdaderamente con el otro, dejando de lado las justificaciones, que son excusas para no comprometernos y dejaríamos de juzgar a los otros, olvidándonos de los preconceptos y de catalogar las relaciones.
Nuestra mente suele catalogar todo, las relaciones todas tienen que tener una categoría. Esto es amistad, esto es amor ¿Acaso, los pensamientos entienden de amor? Primero hay que ver con que se quiere. Si se quiere con un corazón lleno de pensamientos, esto no es amor. La mente piensa, el corazón simplemente va a la acción. Siente, quiere.
Cuando conocemos a alguien solemos decir esto me sirve, esto no me sirve. ¿Qué es lo que nos tiene que servir? Siempre estamos esperando que nuestros deseos sean satisfechos. No esperemos más, la espera nos deja inmóviles ¿Qué es lo que buscamos en los otros? ¿Cómo vamos a saber que estamos buscando, si no sabemos quién es el que busca?
¿Podemos realmente conocer a otro? Muchas veces conocer a otro resulta engañoso, porque cuando nos adentramos a ese mundo desconocido, llegamos a descubrir cosas del otro que esa persona no sabe que tiene, entonces se genera una confrontación entre su esencia y sus ideas.
Como vivimos en la superficialidad del ser, vivimos de ideas, de ilusiones, de deseos, pero no vivimos la realidad del ser. Somos seres contradictorios por naturaleza (de la mente).
Pensamos que la realidad son nuestras ideas, entonces nuestra vida gira en torno a nuestras creencias. Y si no es como pensamos, entonces nada. Eso no es vivir la realidad, es crear un mundo ideal en donde escapar de ella. Vivimos en un mundo virtual, donde nada es lo que parece.
Empecemos a crear vínculos que nos ayuden a descubrir cosas nuestras que desconocemos, que nos hagan ser alguien mejor todos los días.
Para construir vínculos más sólidos, primero debemos empezar a accionar y dejar de lado las ideas. Las ideas sólo sirven para justificar la espera de comenzar a ser. Y ahí radica el mayor problema, somos lo que mostramos, y no lo que pensamos que somos.

Comentarios

  1. Idealistas suele ser lo que somos la mayoria, porque generamos un monton de ideas, tenemos la concepción de algo y tenemos presente algo y creemos que asi sera en muchas ocasiones, que lo que creemos que somos o lo que pretendemos es lo que será y al final nos topamos con aquello de que nada es como parece.... Siempre pensamos que somos así y que lo otro y ese mundo es el de un idealista y no tomamos lo que verdaderamente somos embarcando ya lo que es el Materialismo....
    Muy buen tema

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